La Medicina Tradicional Persa (MTP) ha desarrollado a lo largo de miles de años una comprensión profunda de la salud y la enfermedad. Uno de los principios fundamentales de esta sabiduría es la consideración de los temperamentos (Mezadj), que no solo se aplican a los seres humanos, sino también a todos los seres vivos y elementos del universo. Estos temperamentos son el corazón del diagnóstico y del tratamiento, y siempre se relacionan con los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra.
Los cuatro elementos y sus temperamentos
En la MTP, cada elemento tiene cualidades específicas:
- Fuego: cálido y seco, representa al colérico y está determinado por la bilis amarilla.

- Aire: cálido y húmedo, corresponde al sanguíneo, definido por la sangre.

- Agua: fría y húmeda, simboliza al flemático, cuyos humores se regulan mediante la flema.

- Tierra: fría y seca, caracteriza al melancólico, influenciado por la bilis negra.

Estos elementos y sus cualidades tienen un impacto directo en el bienestar físico y mental de las personas. Cada individuo posee una combinación única de estos principios humorales (Akhlat), que determinan su temperamento. El equilibrio de estos cuatro humores es esencial para mantener la salud. Cuando este equilibrio se altera, se produce la disqurazia —un desequilibrio de los humores que da lugar a enfermedades.
El papel de los temperamentos en la salud
La filosofía fundamental de la MTP se basa en la armonía entre las cualidades de calor y frío, así como de humedad y sequedad. Cada enfermedad se interpreta como un desequilibrio entre estas cualidades, y el tratamiento tiene como objetivo restaurar dicha armonía. Por ello, comprender el temperamento individual de cada persona es esencial para que el médico pueda realizar un diagnóstico preciso y ofrecer el tratamiento adecuado.
Cada temperamento tiene características particulares:
- Colérico: enérgico, impaciente, propenso al exceso de calor.
- Sanguíneo: optimista, sociable, tiende a padecer afecciones cálidas y húmedas.
- Flemático: tranquilo, pacífico, inclinado hacia la frialdad y la humedad.
- Melancólico: reflexivo, introvertido, susceptible a la sequedad.
El arte de la dietética en la MTP
Uno de los objetivos principales de la MTP es la preservación de la salud, la cual se logra manteniendo el equilibrio de los humores. La dietética desempeña un papel esencial en este propósito, y en la MTP va mucho más allá de una simple regulación alimentaria. Se trata de un enfoque integral de la vida que considera la calidad del aire, la alimentación, los hábitos de sueño, el ejercicio, el descanso, la conservación de sustancias beneficiosas y la eliminación de las dañinas. Incluso el estado psicológico de la persona es parte fundamental de la planificación de la salud en la MTP.
El arte de la dietética consiste en reconocer las características físicas individuales y adaptar los hábitos de vida para promover el equilibrio interno. Por ejemplo, la elección adecuada de los alimentos es de gran importancia. En la MTP, los alimentos se clasifican según su naturaleza cálida o fría:
- Alimentos cálidos: de fácil digestión, suelen recomendarse para flemáticos y melancólicos, ya que poseen un bajo potencial de calor corporal.
- Alimentos fríos: requieren mayor calor digestivo y son adecuados para personas con exceso de calor, como los coléricos y los sanguíneos.
Un régimen alimentario ideal se adapta al temperamento individual, ayudando a mantener el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Además, la forma de preparar y combinar los alimentos es fundamental. Los alimentos cálidos y fríos deben consumirse en la proporción adecuada para apoyar el temperamento de cada persona y conservar la armonía de los humores.
Conclusión: el equilibrio es la clave
La MTP busca comprender los procesos internos del cuerpo y considera al ser humano como una unidad integral. Mantener el equilibrio entre los cuatro temperamentos y adoptar un estilo de vida adecuado son esenciales para preservar la salud y prevenir enfermedades. El objetivo final es alcanzar una armonía entre los humores y mantener el cuerpo en sintonía con la naturaleza.
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